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nara mansurAlirio Bastidas

Vientos de primavera llegan a Venezuela

Una perspectiva sobre Amaranto 2012




Del 1 al 9 de noviembre del presente año se celebró en Caracas, dentro de los espacios del CELARG, un inspirador curso de composición ofrecido por el compositor italiano Luca Belcastro. Se trató de un encuentro de creación musical compartida, donde participaron jóvenes compositores, ensambles, intérpretes, y varios profesores voluntarios de composición venezolanos. El nombre de una flor para denominar el encuentro en Caracas (Amaranto 2012), anunciaba que se trataría de un curso poco convencional. Esta iniciativa celebrada en Venezuela es la extensión de un proyecto integrador, que Belcastro viene desarrollando desde el año 2007 en más de seis países latinoamericanos, y que tiene por nombre Germina.Cciones... - primaveras latinoamericanas.

Dentro del curso todos los participantes tuvimos la oportunidad de exponer públicamente nuestros proyectos de obra, compartir ideas e inquietudes, y realizar preguntas sobre aspectos técnicos e idiomáticos a los diferentes ensambles que participaron en el encuentro: el cuarteto de cuerdas Croma, un trío (cuatro, guitarra y mandolina) y el director del ensamble de voces Homines Urbi. Estos jóvenes intérpretes mostraron su valiosa disposición de comunicar al público, las diferentes ideas emocionales surgidas de esta experiencia colectiva de creación musical.
Durante los diferentes encuentros con el maestro italiano, y a través de la presentación de su libro Sacbeob, los asistentes pudimos conocer la perspectiva de un compositor viajero, que ha dirigido su mirada hacia Latinoamérica, como respuesta a la necesidad espiritual de alejarse de convencionalismos vacíos del entorno musical europeo. También percibimos su convicción motivadora sobre la necesidad de crear espacios de participación, que integren a intérpretes y compositores en una relación creativa. El encuentro en Caracas, además de estimular la creación de varios proyectos de obra, dio apertura a diferentes momentos de diálogo y reflexión sobre el acto creador. En ellos pudimos escuchar las voces de los compositores y profesores Gerardo Gerulewicz, Diana Arismendi y Ricardo Teruel, quienes nos compartieron distintas visiones, experiencias e ideas estéticas.

Con la intervención de Gerardo Gerulewicz, los asistentes pudimos escuchar la grabación de dos obras: una fuga a dos voces para flauta solo y un estudio para piano. Gerulewicz nos habló de su interés por la tonalidad y mencionó con visión lúdica, que ésta era una especie de juego empaquetado, cuyas piezas se podían usar para diversas creaciones a la manera del Lego. Gerulewicz percibe a los estudiantes de composición como colegas, considerando que la composición no se enseña, y que el deber del maestro es dar las herramientas técnicas. Dentro del encuentro con los asistentes, también mencionó la importancia de que las ideas musicales pasen por el corazón y luego por la mente; además, que la técnica debe estar en segundo plano y al servicio de lo que queremos expresar.
La siguiente compositora invitada fue Diana Arismendi, quien participó en el encuentro con una ponencia titulada "El proceso creativo: ¿A qué llamamos investigar en la creación?". La afirmación de Carlos Cruz Diez "Yo no me inspiro, investigo", sirvió para introducirnos en el tema. A través de su exposición mencionó la dificultad de usar la palabra investigación en la creación, cuando el diccionario de la Real Academia Española solo asocia la investigación con la ampliación del conocimiento científico. Del tema surgió la siguiente interrogante: ¿El compositor se puede hacer en ambiente universitario? Desde su experiencia como profesora universitaria señaló su preocupación acerca del exceso de materias complementarias y de horas académicas, que pueden desvincular a compositores interesados en el ascenso universitario del acto creador. También mencionó cómo la rigidez académica que obliga a profesores universitarios y estudiantes a hablar de la música de manera científica, podría cambiar la naturaleza de un artista, hasta convertirle en un teórico. Dentro del proceso creativo nos habló de su interés por la experimentación y el movimiento espacial del sonido. La consideración de Boulez de la música como arte, ciencia y artesanado, y la de Stravinsky "Un compositor es o no es", le sirvieron de referencia para hablarnos de la importancia de la disciplina creativa, ante el peligro de ser compositores con talento pero de poca dedicación.
La participación de Ricardo Teruel giró en torno a videos que mostraban algunas de sus obras y partituras. Además, realizó la presentación de "juguetes" musicales, que fueron construidos por el compositor como parte de su estética. Dentro de los videos pudimos apreciar grabaciones de conciertos con instrumentos acústicos, música electroacústica, y música electrónica acompañada de animaciones o dibujos animados. En su demostración reflejó un gusto por la experimentación y lo lúdico como parte del proceso creativo. También hizo algunas referencias estéticas como la crítica a lo serial, debido a que el resultado se acercaba a lo aleatorio; y compartió la interrogante sobre la vigencia de la tonalidad o la modalidad, señalando que seguían siendo útiles en algunos casos.

Durante el encuentro de creación musical compartida, Luca Belcastro nos incentivó con frecuencia a pensar en el porqué de las cosas. Este ejercicio de autoconocimiento invitaba a un proceso más consiente, sobre la elección y el desarrollo de las diferentes ideas emocionales, que servirían como punto de partida de las obras. El ejercicio de interrogantes y la invitación a buscar un camino personal, brindaba la oportunidad de acercarse de manera más sincera a la acción creativa. Sin embargo, más allá de las interrogantes sobre el proceso creativo, otras inquietudes tomaron fuerza durante la experiencia: ¿Realmente tenemos conciencia del tiempo en que vivimos, de quiénes somos, o cuál es la responsabilidad de un compositor en la sociedad? ¿Nos hemos interesado en conocer las necesidades del público que accede o quisiera acceder a las salas de concierto? ¿De qué manera los compositores abordan temas como las emociones la expresión y la comunicación, en escuelas, conservatorios, orquestas y universidades? ¿Se mencionan superficialmente, con profundidad, o no se habla de ellos por ser temas comunes y obvios?" Estas interrogantes surgidas del taller de composición, las ideas compartidas por Luca Belcastro a través de su libro Sacbeob, y la invitación por parte del maestro a que pudiera escribir sobre la experiencia Amaranto 2012; generó algunas inquietudes y reflexiones que he estado compartiendo con los participantes del encuentro en Caracas, amigos, familiares, y los estudiantes de la cátedra de piano complementario que dirijo en la Escuela Superior de Música "José Ángel Lamas" (algunos de ellos colegas compositores). Seguidamente comento algunas de las ideas inspiradas por el curso y el diálogo de varias semanas sobre lo vivenciado en éste.

LA IMPORTANCIA DE DIALOGAR SOBRE LO "OBVIO" Y LO "SIMPLE"
A través de diferentes experiencias durante varios años de dedicación a la música, he tenido la oportunidad de conocer personas muy sensibles al mundo de las artes. He tenido la fortuna de participar en la ejecución de varios géneros y estilos de la música popular, tradicional y clásica; encontrando en los diferentes ambientes, distintos pensamientos, modos de expresión y formas de relacionarse. También en las calles, las plazas, los medios de transporte y cerca de casa; he podido encontrar personas alegres y amables, que aunque no hayan tenido la oportunidad de estudiar alguna disciplina artística o de obtener un título universitario, expresan ideas comunes y convincentes con respecto a la función del artista, la expresión, las emociones y la inspiración. Sin conocer la existencia de tratados de estética, pero quizás con la experiencia de haber visitado alguna exposición de pintura, un buen señor de nombre Pedro le pudiera decir a una niña vecina, "los pintores tienen la necesidad de expresar en sus cuadros lo que llevan dentro del alma, y se inspiran en la vida para hacer bellas obras de arte, que luego enseñan en los museos para que podamos disfrutarlas". En otro lugar también podríamos encontrar a la señora Ana comentándole a un niño curioso, que la afinación de las cuerdas del cuatro es el popular "cambur pintón" y que "los músicos son seres inspirados que expresan con pasión lo que sienten". Además, con cierto grado de conciencia de su responsabilidad social, seguramente promoverá la participación del niño, invitándole a la casa de la señora Juana, otra vecina donde un grupo de niños y niñas se reúnen los sábados para recibir clases de música afro-venezolana.
Fuera de los espacios académicos y en medio de espontáneas conversaciones, podemos encontrar a muchas personas como el señor Pedro y la señora Ana, utilizando con propiedad y claridad términos comunes en al arte como expresión, inspiración, emoción, pasión, tradiciones, comunicación, integración, participación y goce estético. La visión de estos amantes del arte y su belleza, podría ser catalogada por algunos como "simple", ingenua, o muy romántica para nuestro tiempo. Otros podrían convalidar la visión estética y social de estas personas, pero sin hablar mucho al respecto; quizás por desinterés, por "obvio", o por temor a hablar de temas "simples" dentro de algunos espacios académicos de tendencia racional. En estos lugares, la ciencia, la técnica y la complejidad como búsqueda estética, pueden ser de mayor interés que la belleza en lo "simple", en la expresión y la comunicación de las emociones. Podemos considerar, que dejar de hablar sobre algunos temas "obvios", por ejemplo, la preservación de nuestras tradiciones, podría motivar la poca valoración de éstas y quizás el olvido de algunas de las manifestaciones populares más importantes de un país. Por otro lado, dejar de hablar de las emociones como una importante forma de acercamiento al proceso creativo, podría alejar a muchos compositores venezolanos de su naturaleza e incluso de su identidad latinoamericana.
Durante el taller de composición Amaranto 2012, Belcastro hizo varias referencias del olvido de temas como emociones, expresión y comunicación dentro de los conservatorios europeos, también hizo alusión a la contribución de la iglesia en la desaparición de algunas tradiciones italianas. Como un gran valor resaltó en su libro Sacbeob la gran capacidad de organización y participación colectiva que percibía entre las comunidades latinoamericanas durante la celebración de fiestas tradicionales, a diferencia de las escuelas y conservatorios, en donde pudo percibir un distanciamiento entre músicos similar al que percibía en Europa. En relación con esto, habría que preguntarse si el aire racional, competitivo, individualista y distante de algunos ambientes académicos, realmente nos pertenece, y si la creación de espacios de participación colectiva, es una necesidad que refleja nuestra naturaleza y cultura.
Cada compositor tiene una visión, que puede ser el reflejo de distintas experiencias, maestros y ambientes culturales. Mi acercamiento a la composición había sido principalmente intuitivo en el campo de la música tonal y estaba provisto de destellos impresionistas y románticos, que sumados a la incorporación de aires y ritmos venezolanos permitían la expresión espontánea e improvisada de algunas emociones. En el campo de la "música contemporánea" y cualquier intento lejos de la tonalidad, tuve una experiencia principalmente racional, debido a que dentro de mi entorno cultural prevalecía un espíritu técnico y conceptual. Durante el taller de composición dictado por Belcastro pude percibir por primera vez las infinitas posibilidades que se desprenden de nuestra necesidad de expresar y comunicar ideas emocionales, además de su utilidad en la creación. El tema de las emociones como parte del proceso creativo ha estado ausente dentro de mi entorno, es por eso que a raíz de lo vivenciado en Amaranto 2012, he sentido la necesidad de escribir y dialogar sobre ellas entre colegas, amigos y familiares. Me he dado cuenta que algunos ven el enfoque como novedoso y otros encuentran en el tema una confirmación del camino que ya siguen desde hace tiempo. Confieso que me ha dado algo de vergüenza insistir con entusiasmo ante mis compañeros sobre algo que puede parecer "obvio", una suerte de descubrimiento individual del agua tibia; sin embargo, no dejo de pensar que hay algo de diferente en esto, sobre todo, veo la posibilidad de acercarme a la composición de manera más sincera, consiente y sentida. Hace más de un año, después de una lectura estimulante sobre el cerebro triuno, quise escribir una obra que llevaría como título "Vibraciones límbicas"; ésta, aparentemente describiría las emociones del sistema límbico. Mi obra "emotiva" estaba siendo percibida inicialmente desde la técnica y la razón. Antes de sentir, imaginar o describir las emociones de mi sistema límbico, estaba determinando la forma, los timbres y recursos idiomáticos que usaría. Por otro lado, en "Vibraciones Límbicas" buscaba un título que pudiera parecer más interesante o contemporáneo. Hoy me pregunto: ¿Por qué no "Vibraciones emocionales"? Sería más claro, más sincero y menos rebuscado, pero sobre todo demostraría un mayor interés en ser comprendido, en expresar lo que siento y en comunicarme con el público.
Durante la elaboración de los proyectos de obra para Amaranto 2012 traté de captar la esencia de lo que nuestro maestro quería compartirnos. Manifesté junto a otro compañero mi tendencia a manejarme dentro de la "música pura" y de alguna manera, mi poco interés por inspiraciones extramusicales. Quizás no me había acercado a lo extramusical, debido a que poco me entusiasmaba la narración descriptiva inherente a la música programática; pero confieso que nunca había pensado en la posibilidad de contar una historia musical de manera poética y profunda, libre de la mera descripción de contenidos.
Llegar a la idea fue todo un procedimiento, al encontrarme "por casualidad" con una exposición de pinturas de carácter surrealista pertenecientes al artista venezolano Ismer Mota, pensé que mi idea emocional surgiría de la necesidad de expresar esta experiencia. Ciertamente, durante mi percepción de los cuadros sentí placer estético, pero no la necesidad de describir o expresar como compositor aquella agradable experiencia visual. Al analizar los títulos de los cuadros de Mota, encontré mucha fuerza expresiva y sinceridad. Después de leer títulos como "Atrapado en la vorágine de mis circunstancias" entre tantos otros de similar enfoque, pensé en ¿por qué no puedo darle a mis composiciones una dimensión más personal y humana? Como respuesta a esta interrogante y muy acorde al espíritu de Germina.Cciones..., decidí hablar del jardín en que vivo y mi relación con seres queridos, deseos, logros y frustraciones.
El siguiente paso del proceso creativo era organizar secuencialmente una historia que incluyera las espontáneas imágenes emocionales, que había generado mi mente a través de la conocida técnica de asociación "tormenta o lluvia de ideas". Después de escribir un cuento que mezclaba lo real y lo imaginario, en medio de muchos verbos, ambientes, entradas, salidas y relaciones entre personajes; entendí que estaba estimulando mi capacidad de imaginar como nunca antes, que estaba haciendo poesía y que mi esquema final era un verdadero relato de vibraciones emocionales. Un resultado más honesto y profundo que el superficial proyecto de "Vibraciones límbicas" anteriormente mencionado.
Aunque hablar del uso de ideas e imágenes emocionales en el proceso creativo no parezca novedoso, lo que puede resultar original es la manera de acercarnos al tema y la manera de vivirlo. Antes de partir a Chile para continuar con su valiosa misión en Germina.Cciones..., encontré la oportunidad de hablar con Luca Belcastro sobre la importancia de mencionar lo "simple" y lo "obvio". En ese momento le escuché decir que un compositor podía acercarse tanto a lo simple como a lo complejo de manera superficial o profunda. También mencionó que un acercamiento profundo a lo simple y lo complejo obligaba a una mayor conciencia sobre el camino elegido.

UNA FORMA MÁS HUMANA Y CÁLIDA DE RELACIONARSE Y COMUNICARSE
Crear desde las emociones puede motivar una gran relación entre el compositor, el intérprete y el público. Con frecuencia pueden escucharse quejas de ejecutantes, que debido al alto grado de complejidad de una obra, con o sin razón, pueden ver en el compositor a un provocador que solo quiere complicar las cosas y ponerles a trabajar en exceso. Del otro lado podemos encontrar a compositores solitarios y descontentos por las pocas oportunidades para encontrar a intérpretes interesados en el estreno y la comunicación de sus obras. Qué diferencia habría, si durante el proceso creativo el compositor pudiera invitar al intérprete a dialogar sobre la obra que desea realizar, y le permitiera participar del proceso creativo a través de sus ideas, emociones, opiniones y sugerencias. Al culminar la composición, el ejecutante quizás sería el primer interesado en comunicar las emociones del compositor, muchas de ellas compartidas, y nacidas de un proceso creativo integrador.
También debemos considerar al público, quien recibirá el mensaje que desean comunicar intérprete y compositor. Los creadores deberían ser los más interesados en ser comprendidos, es momento de pensar en recursos que en lugar de alejar al público de los conciertos de "música contemporánea" le inviten a acercarse. Luca Belcastro habla en su libro Sacbeob de diferentes planos o niveles de audición, que pueden alternar líneas simples y complejas dentro del relato musical. Según Belcastro, los elementos simples podrán servir de guía o referencia en una primera audición y los más complejos podrían ser percibidos inicialmente a nivel inconsciente hasta aflorar o ser reconocidos en posteriores audiciones. El público puede asociar muchas obras contemporáneas alejadas de la tonalidad, provistas de ritmos complejos e irregulares, con el caos de la ciudad; sin embargo, en tiempos de tecnología, conflictos y ruido ambiental, algunas obras también podrían reflejar mediante técnicas contemporáneas, el placer, la simpleza, la esperanza, la naturaleza y lo agradable. Hablar de la naturaleza y las emociones puede formar parte de una "conciencia colectiva" que relaciona a compositores, intérpretes y el público. Quizás a una gran parte de éste despúes de un concierto de "música contemporánea", le gustaría poder felicitar a los compositores por el contenido emocional de sus obras y omitir el convencional comentario: "interesante". Agradar a través de la música no debería ser el propósito de un compositor si se considera la concepción romántica de "el arte por el arte"; no obstante, el placer estético podría ser una consecuencia en el oyente, si el compositor elige expresarse y comunicarse a través de sus diferentes ideas emocionales.
Vientos de primavera dejan en tierra fértil la semilla de un valioso proyecto de integración artística y de creación musical permanente. Vivimos en una era tecnológica, racional y ruidosa, donde cada vez es más necesaria una respuesta profunda sobre la importancia de las emociones en nuestras vidas. Vivir con profundidad y conciencia la creación desde las ideas emocionales, ver la naturaleza como un elemento inspirador, y motivar relaciones más cálidas entre compositores e intérpretes; podrá contribuir con la creación de obras artísticas de un contenido esperado, refrescante y seguramente apreciado por la mayor parte del público.