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marcos franciosiMarcos Franciosi

Germina.Cciones...: Impresiones sobre las circunstancias actuales




"...Pierre Boulez pregunta amablemente por mi (Juan Carlos Paz) de quien recuerda que dirigió las "Transformaciones canónicas" en los Concerts de la Domaine Musical.

-¿Qué hace (Juan Carlos) Paz?
-Ud. sabe maestro, que de él no se oye mucho; y además se le ve muy poco. Es de naturaleza solitaria más bien ? Responde el entrevistador.
-Y que otra cosa se puede ser en ese país? ? Responde Boulez.
-¿Con que músicos podría alternar o hablar, siquiera?

- de una entrevista de Jorge Aráoz Badi a Pierre Boulez, citada por el propio Juan Carlos Paz en Memorias III - Pag 58-59. Ediciones de La Flor (1994).

Durante décadas, gran parte del estrato intelectual de Argentina, buscó (salvo ciertas excepciones) sus "puntos de referencia" en Europa.
Epígono de la denominada 2? escuela de Viena, Juan Carlos Paz (Buenos Aires, 1901 -1972) es el responsable de la asimilación de las técnicas seriales en la Argentina. Sin intención de entrar en un debate exhaustivo, queda claro a lo largo de sus memorias, la incomodidad de quien decide permanecer viviendo en el país añorando una cultura lejana. Si bien este hecho merece un análisis profundo a cerca de las circunstancias puntuales de cada época por las cuales un artista no pueda verse reflejado en su entorno cultural, y en particular en tiempos en el que el acceso a la información era ciertamente restringido, es evidente que, durante las décadas pasadas, estas circunstancias provocaban por un lado una especie de sentimiento de aislamiento y lejanía, y por otro, una espera de la aprobación externa que no llegaría nunca.

La identificación cultural no tiene solo que ver con la asimilación y el encuentro de elementos comunes de una cultura en otra. Tiene que ver además con la captación de lo faltante, lo perdido, de lo que ya no se encuentra o tal vez no exista en nuestro terruño.

Ya alejados de la realidad del exilio forzado durante los diferentes gobiernos de facto (me refiero al exilio que no dejaba alternativa, ni dentro ni fuera del país), durante la década del noventa, a los argentinos nos resultaba relativamente accesible viajar, emigrar. Para muchos de quienes lo hicimos, pudimos comprobar en carne propia las dificultades reales que conllevan el desarraigo y el intento de asimilación en una realidad socio cultural diferente.
Emigrar presupone muchos cambios, idioma, una forma de pensar y vivir particular de cada lugar que resultará más o menos lejana y que, en términos de adaptación, modificarán aspectos esenciales en lo cotidiano, y por lo tanto en términos artísticos y estéticos.
Luego llegaría el 2001 y la crisis socio económica esperada restringió aquella pseudo-realidad cosmopolita de viajes, en muchos casos (no en todos) fáciles y poco oportunos. Las dificultad, las contingencias nunca son indiferentes; provocan, o bien a salir corriendo nuevamente, o bien a intentar construir aunque más no sea, con escombros.
Lejos de querer ser excluyente, procuro abordar esta problemática de manera reflexiva y autocrítica. Si adaptarse presupone un desarraigo, es decir, la anulación de lo propio en función de una lejanía, quedaremos siempre incompletos.

Pienso que no es difícil comprenderlo, aunque la visión en perspectiva es provocativa, pues muchas veces nos confronta con lo que no deseamos escuchar, y a veces lo que no queremos aceptar es la necesidad de construir "aquí y ahora", sin esperar.
Durante su ponencia, Luca Belcastro dejó en claro su posición y su punto de vista (que comparto) en cuanto a la relación que establece Europa en términos culturales para con el resto del mundo, y particularmente para con Latinoamérica. Mediante su autosuficiencia técnica, Europa se autoexcluye de la auténtica necesidad de algún cambio de dirección que nos incluya. El cambio en lo sustancial lo hace pues, quien emigra. Por lo demás, toda observación quedará resumida a una visión antropológica sobre nuestras culturas, las cuales en verdad, por su multiplicidad se resisten todo tipo de generalización.


"... para Oliver Messiaen, todo pájaro que no existe en Francia, es exótico..." - Gerardo Gandini

Ahora bien, Luca Belcastro trascendió su primavera-verano para alearse a nuestro otoño-invierno. Claro está que no son las tendencias de la moda lo que persigue.
Me pregunté: ¿Por qué un compositor italiano se moviliza hacia Latinoamérica? Este mismo interrogante me surgió hace ya varios años cuando el compositor Franco Donatoni llegó a la ciudad de Córdoba para dictar sus clases, de las cuales participé, curiosamente un "invierno" de 1997. Tal vez venía escapando del calor, o quizá algo interno lo movilizó a venir. Al año siguiente Donatoni regresó nuevamente. Planeaba volver por tercera vez pero ya para ese entonces estaba muy enfermo y no pudo hacerlo.
Creo que no es menor la observación, y el hecho en si no debiera pasarnos desapercibido.

Personalmente estoy convencido de que esta construcción es fundamental. Precisamente, se trata de construir una realidad no excluyente que muchos ya hemos captado y en la cual trabajamos desde la interpretación, la creación y la docencia. Y esta realidad es tal vez intangible, pero se siente, se percibe.

Son raros los casos en que uno puede verdaderamente compartir el trabajo propio. Aún más raro es compartir ideas, si es que, partiendo de la duda (Deleuziana?), a caso tengamos una "buena".

Luca Belcastro tuvo una idea, una idea "germinal": movilizar a muchos, física e intelectualmente. Para esto, tuvo primero que movilizarse a él mismo. ¿Podemos comprender el desafío que esto implica, quiero decir, no me refiero solamente a los cambios físicos de lugar, sino a lo que implica íntimamente la noción de cambio, de movimiento en nosotros mismos? Tal vez desde un planteo creativo sea más simple explicarlo, puesto que frecuentemente es la incomodidad la que nos impulsa a cambiar, a salirnos del sistema. O tal vez, a salir en búsqueda de esos ideales ocultos entre los velos de las rutinas y esto claramente va más allá de toda frontera territorial.

Es el intento la herramienta de la voluntad, y la intuición la que sostiene la búsqueda cuando las cosas no se ven claramente. Pero cuando logramos trascender la individualidad llega la comprensión. Luca Belcastro entiende que haciendo cosas y vinculando a los demás trascendemos nuestro individualismo, nuestro nombre y nuestro apellido y que la auténtica construcción es colectiva.

Las clases y los encuentros han provocado el diálogo entre artistas de distintas latitudes quienes expusieron y debatieron ideas, impresiones e inquietudes diversas sobre el trabajo propio y ajeno, y este solo hecho en si mismo es valiosísimo.

Agradezco sinceramente a Luca la invitación a participar en Germina.Cciones...