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alt Santiago de Chile, 22 de noviembre de 2008

Una velada maravillosa


A principios del año 2008 parecía imposible, quizás muy árduo, demasiado complejo de realizar, pero el tiempo transcurría y los talleres se hacían, incluso además hubo charlas. Los alumnos asistían, presentaban sus ideas, exponían sus proyectos, conversaban con Luca Belcastro los detalles de sus hipótesis y proyectos compositivos. Hasta ahí todo era teoría, diálogos.

Sin embargo, luego del regreso de Luca Belcastro de Bolivia y Perú, comienza el montaje de las obras, los ensayos de las partituras, la entrega de partes. Las salas de la Facutad de Artes de la Universidad de Chile ocupadas con ensayos, profesores dispuestos, buscando en sus agendas un horario en que pudieran coincidir sin dejar de lado sus tareas académicos en el final del año. Teléfonos sonando, mails que iban y venían. Y todos quienes presentaron sus partituras desembarcaron en el puerto esperado, ¿qué otro sería mejor que el de la ejecución de su obra?

altLlegaron la hora y el día previstos: a las 19.30 del viernes 21 de noviembre 2008 en las bambalinas de la sala Isidora Zegers más de una veintena de músicos repasaban las partes, acordaban detalles con el compositor. Todo dispuesto. Nerviosismo: el trompetista, no lo he visto, ¿dónde está? ¿Vamos a empezar puntuales? ¿Dónde puedo cambiarme de ropa? ¿Alguien tiene el teléfono de la pianista? ¡Dame vuelta las páginas, por favor! El ambiente de alegría y la adrenalina, necesaria para que los artistas enfrenten al público, emanaban alrededor de maletas de instrumentos desperdigadas. Fueron quedando lejos los jeans y las poleras de colores para la investidura formal de camisas elegantes y vestidos largos, en tanto resonaba la polifonía aleatoria del ambiente carácteristico a los minutos previos al concierto. El público paciente en la sala era cada vez más, entre ellos personalidades, profesores, parientes, amigos, alumnos y personas motivadas por conocer los trabajos de trece jóvenes compositores que presentaban sus Nuevas Partituras.

Cierre de puertas de acceso a la sala. Se apaga la luz de los palcos y Luca Belcastro se presenta en el escenario para dar una breve explicación del trabajo que ha realizado en Chile durante el Curso COPIU 2008.

Comenzó la ejecución tal como estaba previsto...
Primera parte: "Dolor[e]" de David Cortés, "Das genie des Herzens" de César Gacitúa, "Trasmutación" de Javier Muñoz, "Broken" de Diego Valderama, "Ecos" de Fernando Julio, "Padre Nuestro" de Héctor Garcés.

Tras unas emotivas palabras de Héctor Garcés continuó la segunda parte con la interpretación de: "A divine image" de Edgard Ugarte, "Tvfaci wenu meu mogeley wanguelen" de Richard Marchant, "Canción monocordia" de Vicente Yáñez, "Ser" de Mandia Araya, "Una mansión, un gato, un árbol y yo" de Marcela Mahaluf, "Wave" de Emilio Bascuñán, y "Los Conjuros" de Fernando Munizaga.

Los intérpretes que dieron vida las obras fueron los integrantes del Copiu ensamble, agupación creada a partir de COPIU 2008 - Curso de Perfeccionamiento en Composición e Interpretación de Música Contemporánea y conformada por músicos de diversas casas de estudios: profesores de cátedras de instrumento, canto, y jóvenes de excelente trayectoria. Todos reunidos en un elenco único integrado por:

altCarolina Matus - soprano
Carmen Luisa Letelier - contralto
Daniel Farías - tenor

Roberto Cisternas - flauta
Cristóbal González - clarinete
Jorge Espinoza - fagot

altSebastián López - saxofón alto
David Espinoza - saxofón tenor
Pedro Portales - saxofón tenor
Alejandro Rivas - saxofones

Sebastián Carrasco - trompeta

Elías Allendes - violín
Carlos Arenas - contrabajo

Daniel Aros - percusión
Nicolás Moreno - percusión
Luis Olate - percusión

Patricia Castro - piano
Teresa Larrañaga - piano
Pilar Peña - piano
Lila Solís - piano

Pablo Aranda - director
Andrés Maupoint - director

El resultado es imposible de evaluar con una palabra, la expresión inefable de un compositor que escucha por primera vez la ejecución de su obra y además interpretada por un esamble constituido por músicos de gran trayectoria, no se puede traducir. Queda el recuerdo, el ánimo de seguir adelante y la demostración concreta que el trabajo en conjunto es posible, que existen voluntades para escuchar, que hay jóvenes dispuestos a aprender a entregar y que los maestros - que forman parte del Copiu Ensamble - tienen la voluntad de apoyar a los nuevos creadores.

Los ritos de música como el concierto de Nuevas Partituras son experiencias que nada tienen que ver con la escena del show de consumo; es el producto de la creación humana, de la voluntad y del respeto mutuo, y una maravillosa demostración que Luca Belcastro - caminante del cielo en el calendario maya-, abrió en Chile la posibilidad de trabajar juntos más allá de las pertenencias a diversas escuelas, logró motivar a todos a crear, creer y desembarcar en el instante en que la creación sobrepasa la huella del papel y se transforma en música, en memoria, en experiencia.

Germina.Chile florece. En América Latina es posible hacer tanto.


Periodista: Milena Bahamonde
Fotos: Milena Bahamonde
Santiago, 22 de noviembre 2008